Los miomas, también conocidos como fibromas, fibromiomas o fibroides, son tumores benignos de la pared del útero o matriz.

Algunas mujeres tienen una predisposición genética o familiar a desarrollarlos y otras no, sin embargo su frecuencia es muy grande, una de cada 5 mujeres en edad reproductiva los padece. Hay factores que favorecen su aparición como no haber tenido hijos, falta de ovulación y obesidad, lo cual, si no impiden el logro del embarazo, dificultan que éste llegue a termino ocasionando abortos o partos pretérmino, por lo que deben extirparse antes de intentar un embarazo.

De acuerdo a la localización y el tamaño de estos tumores los síntomas varían (dolor, sangrados menstruales mas abundantes, sensación de tumoración. Los que están en el interior del útero se les conoce como submucosos y pueden causar dificultad para lograr un embarazo o una vez logrado éste es más fácil presentar un aborto. Otros que se encuentran en la pared del útero, se les denomina intramurales, causan aumento en la cantidad de sangrado durante las menstruaciones, lo cual puede ocasionar anemia severa que requiera transfusión, también ocasionan partos pretérmino o infertilidad. Los tumores que se proyectan hacia fuera del útero se les llama serosos y comprimen los órganos adyacentes lo cual genera dolor o trastornos urinarios o intestinales.

La tendencia natural de estos tumores es a crecer mientras la mujer produzca las hormonas ováricas conocidas como estrógenos y en general cuando la mujer llega a la menopausia tienden a disminuir por la falta o deficiencia de estrógenos, a menos que la mujer esté en tratamiento con estrógenos o los tumores se hayan calcificado o degenerado, lo cual los mantiene de su mismo tamaño aunque no haya estímulo hormonal.

“En ocasiones estos tumores no causan síntomas y se les detecta en un examen ginecológico de rutina.”

Su presencia puede corroborarse con ultrasonido vaginal o abdomional y de acuerdo a su localización pueden requerirse otros métodos diagnósticos como la histerosalpingografía (una radiografia del interior de la cavidad uterina y de las trompas, que se logra al inyectar por el cuello uterino un medio radio-opaco), la histerosonografía (aquí en lugar de radiografía se utiliza ultrasonido y un medio líquido para apreciar el interior de la cavidad uterina), la histeroscopía (donde se introduce al través del cuello un instrumento óptico para visualizar el interior de la cavidad de la matriz) y la laparoscopía (donde con un sistema óptico que se pasa por una pequeña incisión en el abdomen se visualiza la cavidad pélvica y los tumores que sobresalen del útero)

Como los miomas son tumores benignos su tratamiento puede ser conservador cuando se preserva el útero o matriz (en pacientes que desean embarazarse), o radical cuando se extirpa el útero con todos los tumores, a esto se le llama histerectomía. Los tratamientos conservadores a su vez pueden ser médicos o quirúrgicos. Los tratamientos médicos logran disminuir el tamaño de estos tumores mientras dure el tratamiento pero los miomas vuelven a crecer tan pronto se descontinúa el mismo y desafortunadamente estos tratamientos no pueden emplearse por lapsos prolongados pues causan muchos efectos colaterales.

El tratamiento quirúrgico conservador es decir la extracción de los miomas sin quitar el útero o matriz, terapéutica denominada miomectomía y que está indicada en todas aquellas pacientes que aún deseen tener hijos, esto debe intentarse pronto, pues los tumores tienden a reaparecer en un lapso de uno a dos años. Por ello no es recomendable efectuarle en aquellas que no deseen más embarazos y que se resistan a efectuarse una histerectomía.

La miomectomía puede efectuarse por diferentes vías de acuerdo al tamaño y localización de los miomas. Si éstos se encuentran en el interior del útero lo más recomendable es la histeroscopía, si se encuentran en el exterior, una excelente opción es la laparoscopía, mientras que con una pequeña incisión tipo bikini en la parte baja del abdomen denominada minilaparotomía es la más recomendada para aquellos tumores grandes en el interior de la pared, puesto que la reparación de la pared debe ser muy meticulosa para dejar un útero apropiado para un embarazo. El tratamiento de los miomas durante el embarazo será objeto de una comunicación posterior.